Esta semana ha sido de esas semanas que uno no tiene ganas de nada, que anda de malas pulgas con todo el mundo, tengan o no tengan la culpa y lo peor es que es de esas semanas en que me vale madres!, pero bueno ya se esta acabando.
Hoy escribiré en un tono un poco brusco así que este escrito no es apto para sensibles, no lo lea porque puede llorar, Ok no.
Yo tengo la concepción de que no soy una mujer egoísta, de hecho en muchas ocasiones trato de pensar mas en los demás que en mi, aunque mi novia alguna vez me reprocho que yo era egoísta y por eso la quiero tanto, y lo mejor es que después de como me sentí esta semana tendría que darle la razón a ella y decir, si estoy egoísta y que? (solo por esta semana.)
A veces me he puesto a recordar situaciones del pasado y mas concretamente cuando estudiaba en el colegio, cuando estaba en 10 y 11, hace ya una década (como pasa el tiempo), en ese entonces si que era de esas que no pensaba en mi, lo daba todo por mis amigas, sacrificaba mi bienestar, mi salud y hasta mi dinero por lo que ellas quisieran y mas de una vez me pagaron mal, en aquel entonces lloraba, me deprimía y pensaba cosas no muy alentadoras, afortunadamente hoy las cosas son diferentes.
Estoy en ese punto en el que no me esfuerzo mucho y aunque en ocasiones lo hago, uno ve como las personas se pasan de conchudas y te dicen: "porque no me llamas?", "porque no me visitas?", y entonces mi pregunta es: "acaso ellas lo hacen alguna vez?", o acaso yo vivo reprochandolo porque no lo hacen?. A veces busco el lado y les hablo, les converso, les cuento mis cosas, les pregunto por ellas, por sus cosas y al final quedo como la que siempre tiene que buscar, tiene que hablar, pero ay! donde no hables o no busques, empiezan con el típico: "porque no me hablas?", "usted ya no saluda...", "Si no le hablo usted no lo hace!", yo quedo como "En serio? ¬¬, "Are You Fucking Kidding Me.".
Quizá hago muy poco, pero quizá hay personas que no hacen nada y viven exigiendo, quiza solo sea por esta semana o solo por hoy que me provoco simplemente decirles: "Suerte es que les digo!".
Y se acabo febrero.
Eliiana García