He tenido la oportunidad de ver en concierto a Ricardo Arjona, a Manuel Medrano, Andres Cepeda, incluso he ido a conciertos de Reguetton, no lo puedo negar, soy muy versátil, pero ver a Miguel Bose es demasiado, es apreciar una obra de arte autentica, que se ha mantenido durante muchísimos años.
El gusto por Bosé fue heredado de mi madre, ella con canciones como Linda, Morir de Amor, Amiga me creo ese gusto y bueno es un gusto que disfruto mucho.
Ver a Bosé es algo totalmente diferente y estremecedor, es un evento sencillo y sobrio, pero que se te cuela por las venas, los poros, los huesos y te llega hasta el alma, el señor tiene mas de 50 años y su energia viene desde su alma, donde solo transmite amor y paz, que mas puede ser?, que mas puede mantener en pie y energico a un hombre como ese, si no es el amor y la paz que transmite.
Su concierto empieza presentando a su equipo de trabajo en el escenario y luego sale el con su traje negro, una barriga que sobresale, y sus tennis que le permiten mayor movilidad y comodidad en el escenario, con suaves y sensuales movimientos y con su voz tan intacta.
La sorpresa de la noche!, aunque para mi no era sorpresa, que cantara con Manuel Medrano, pago la boleta y todo lo demas, la voz jovez y gruesa de Medrano, y la voz desgastada pero firme de Bose fueron la mezcla perfecta, no se si vuelva a ver un evento de estos, solo se que fueron 2 horas de pura magia y felicidad.
La felicidad existe, claro que si, en esos pequeños pero sustanciosos momentos, se que Bosé no leera esto, pero aun así quiero decir gracias por ese momento, gracias por esa magia, gracias por entregar todos tus años a un publico y entretenernos, alejarnos de la realidad, porque estar en tu concierto fue como un sueño, y así deberíamos vivir siempre en sueños de paz y amor, gracias porque transmitiste lo que querías, PAZ Y AMOR, y gracias porque acá siempre estarás.
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