Mañanas cargadas de neblina, noches con cielos despejados… Y así transcurren los días, convirtiéndose en una exquisita rutina… Ver a lo lejos la niebla adueñarse de los edificios, el cielo blanco, con sus nubes y neblina, borrando cada pico de las montañas que me rodean, haciendo imaginar por un segundo lo infinito que puede haber tras ese blanco de la niebla, olvidando que estamos encerrados entre montañas, las
montañas de mi tierra…
Mañanas frías, cargadas
de un misterioso, de un frió que se cala por tus huesos, con un tinte de
nostalgia y melancolía, cuando no vez el resplandor del sol, que da energía,
que es sinónimo de vida, las mañanas empiezan en hibernación. Mientras corre el tiempo el cielo comienza a
clarificarse y el sol a salir por el este, desde mi punto, estoy a espaldas a
el, y puedo ver su reflejo en los edificios del lado, sin embargo mirando mas
allá puedo observar el cielo espeso, sin mucha claridad, mis manos frías,
parecen estar metidas en toda esa neblina que observo.
Un cielo impecable misteriosamente sin una nube, ni un rastro de neblina, el sol se posa en el centro regalando un día perfecto, como esos pequeños regalos que te da la vida.
Al salir de un día largo y agotador, te encuentras
con un cielo despejado, a lo lejos ya puedo visualizar la grandeza de las montañas, donde en su punta se visualiza un juego de colores entre el sol que se oculta, la noche que se asoma y el cielo que aun esta claro,
Se intercambian
los sentimientos, estados de animo, y hasta del tiempo, contrario de lo que
muchos pueden sentir o vivir, yo al salir de trabajar en vez de estar cansada,
me siento descansada, alegre con el día tan bello que puedo ver…
La noche llega y con
ella llega la magia, la profundidad de la oscuridad sin una sola nube, me hacen
ver claridad en lo oscuro, su profundidad me llena de calma, y cada pequeña luz,
cada pequeña estrella hace que me sienta felizmente agradecida, dichosa con la
vida.
Mañanas que parecen noches, noches que parecen mañanas… Días sencillamente mágicos, magníficos!...
Mis mañanas y mis noches
me dan vida, magia, melancolía, lo necesario para vivir… Y es así como cada día
se convierte en el regalo mas grande de Dios en la oportunidad mas bonita de la
vida!...
Eliana García
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