Dias Soleados

Hoy no escribo al amor, pero podría ser algo hermanito del amor, hoy escribo a ese sol que día tras día veo a través de la ventana de este cuarto piso, que tiene cara de octavo piso, escribo a ese sol brillante que le da luz a mi ciudad, que la pone bella, que la llena de calor, de vida, de energía y que tanto me encanta a mi, ese que rige mi signo, ese que admiro con ferviente devoción!.

Ese resplandor se adueña del brillo de mi pantalla dificultandome la vista, y aunque podría cerrar estas persianas, siento que ya es suficiente con estar acá sentada, tragandome este aire acondicionado, como para cerrar la persiana y perderme del espectáculo de un hermoso día, el cielo azul, repleto de motas inmensas que parecen algodón, nubes hermosas que hacen un paisaje perfecto, y el sol brilla, la brisa acaricia los arboles algunos de ellos se ven pequeños desde acá, y puedo ver como sus hojas brillan y sus ramas se mesen con el viento...

Días soleados que me pierdo por estar acá, sentada al frente de este computador, pero que contradictoriamente, solo los vería tan perfectos desde esta ventana, una altura adecuada para ver cada color, cada movimiento, los edificios, las montañas a lo lejos y ese sol golpeando mi ventana dándome un poco de calor, dándome un poco de paz, y mucha felicidad de poder disfrutar la belleza de este día, las maravillas de la creación de Dios en conjunto con las del hombre.

Días soleados, algo tan simple, algo tan básico,  algo tan común,  pero que no todos valoran, seguramente el que esta allá afuera se quejara por la cantidad de sol, por el sofoco, por el calor, seguramente otros disfrutaran,  se podrán su gorra, sus gafas de sol, y saldrán simplemente a caminar y a recibir un poco de ese sol que tanta energía puede dar, muchos quizá ni les importa, otra tal vez estén durmiendo, yo estoy acá desde mi ventana, disfrutando a mi manera de este hermoso día de sol.

Hoy nuevamente el sol da en mi ventana, después de una mañana bastante fría  el sol caliente mi cuerpo y me da energía  es un juego perfecto, entre fuerza, vida, energía y toda la pasión que siento al vivir como vivo hoy...

Eliiana García