Cada día que pasa, te confieso que muero por tenerte entre mis brazos, por agarrar tu mano, por apretarte hacia mi.
En esas noches cargadas de magia, un frío que penetra por los huesos, una luna inmensa que le da esa exquisita claridad al cielo y un par de nubes que la rodean, te confieso que quisiera tenerte acostada al lado mio, en algún lugar de este mundo, contemplándola y sintiéndote cerca, simplemente disfrutando la belleza del cielo y la ternura de tu presencia.
Mis noches pasan deseándote, imaginándote, casi que sintiéndote y te confieso que en mi alma, en mi cuerpo y en mi corazón aumentan unas ganas incontrolables de sentirte cerca, de rozar cada parte de tu cuerpo, de besar tus labios, de dormir a tu lado, y despertar solo para ver tus ojos chiquitos.
Te confieso que se me hace un nudo en la garganta cuando siento tu ausencia, cuando siento tu distancia, cuando no se de ti... Cuando me hablas de alguien mas, aunque en el fondo sepa que mueres por mi.
Te quiero, te confieso que te quiero, pero no de cualquier manera, decir te quiero a veces resulta fácil y mas por estos tiempos, yo te quiero desde mi alma, esa alma que te extraña cada noche, desde mi corazón ese que se encariña con tu mirada, con tu ternura, con tu sonrisa y desde mi cuerpo, ese que desea tu cuerpo, ese que desea tu espacio, ese que espera por ti, te quiero, y cuando digo que te quiero, te confieso que es porque lo siento en todas las formas bonitas posibles.
El tiempo pasa y yo te confieso que lo que siento aquí, crece sin control, tampoco intento controlarlo, solo que a veces siento que se me quiere salir el corazón y en otras ocasiones siento que toda esa buena energía que me transmites ilumina cada lugar en donde estoy.
Te confieso que en el frió pienso en ti, eres fuego para mi y espero paciente el día en que pueda sentirte, robarte las sonrisas, robarte los suspiros, robarte las miradas, robarte muchos besos, espero paciente el momento en que pueda perderme en tus ojos, esos tus ojos chiquitos, el momento en que pueda coger tu mano, acariciarte, sonreír a tu lado y sentir tu aroma,
Te confieso que hace un buen tiempo que aprendí que con ponerte en mi mente soy feliz y en cualquier parte del mundo te puedo sentir.
Eliiana García
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