Son las 1:55 p.m. muero de sueño, así que decidí poner mis audífonos y escuchar un poco de música, de fondo, "los de adentro" y me siento frente al computador a pensar en el almuerzo, con uno que otro pensamiento extraviado, recuerdo, ¡ah! y mucho sueño!.
Trabajo en un lugar donde tengo la panorámica de muchas personas, unas 30 o quizas mas, no puedo quedarme fijamente en alguien, porque sentirá la presión de mi mirada, pero paso lista de vez en cuando, unos muy serios, otros rostros cansados, unos tristes, otros concentrados y uno que otro sonriendo.
Me pongo a pensar en mis "problemas", pero sobre todo me pongo a pensar que cada persona es un mundo, que acá muchos estamos dispuestas a desempeñar nuestra labor, que estamos frente a estos computadores, trabajando, dando solución, leyendo correos, con incidentes y por dentro cada uno con sus preocupaciones, amor, dinero, familia, vicios, miedos, tantas cosas que puede pasar por el "mundo" de alguien.
Es difícil ponerse en los zapatos del otro, somos egoístas y egocéntricos o bueno al menos yo reconozco que en ocasiones lo soy, cada quien esta ahí desde su mundo brindándonos su amor, su amistad, su colaboración y que injustos somos cuando no devolvemos una sonrisa, cuando no saludamos, cuando no mostramos amabilidad ante alguien que quizá solo necesita eso, yo soy muy "casa-sola", algo antisocial, es mi forma de protegerme, de poner una barrera ante esas personas que pueden arruinarte el día, pero quizá no me doy cuenta que esa persona gruñona, simplemente puede necesitas una mirada cómplice o una sonrisa, a mi muchas veces me pasa, en medio de mi mal genio y mi mala cara, cuando alguien me sonríe puede quebrar fácilmente esa barrera, nadie sabe las penas de nadie y quizá solo necesitamos un poco de comprensión, un poco de amabilidad.
Cada persona es un mundo, un mundo en el que intenta sobrevivir, mejorar o en el que esta hundido, pero un mundo que también desde acá deberíamos mejorar.
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